Dirección
175 Greenwich St, New York, NY 10007
Dirección
175 Greenwich St, New York, NY 10007
![{"prompt":"A dramatic, realistic photojournalistic scene inside a Venezuelan courthouse or prosecutor's office in Carabobo. In the center, a shadowy man in a suit (not showing his face) holds a briefcase overflowing with cash, standing next to an official desk with a Ministry of Public Prosecution logo. Around him, semi-transparent silhouettes of 11 prosecutors in formal attire look away or cover their eyes, symbolizing complicity. On the desk: a fake ID card labeled "Fiscal Auxiliar", a police database screen showing "Siipol - Solicitud de Captura", and a document","originalPrompt":"A dramatic, realistic photojournalistic scene inside a Venezuelan courthouse or prosecutor's office in Carabobo. In the center, a shadowy man in a suit (not showing his face) holds a briefcase overflowing with cash, standing next to an official desk with a Ministry of Public Prosecution logo. Around him, semi-transparent silhouettes of 11 prosecutors in formal attire look away or cover their eyes, symbolizing complicity. On the desk: a fake ID card labeled "Fiscal Auxiliar", a police database screen showing "Siipol - Solicitud de Captura", and a document","width":886,"height":665,"seed":42,"model":"flux","enhance":false,"nologo":true,"negative_prompt":"undefined","nofeed":false,"safe":false,"quality":"medium","image":[],"transparent":false,"isMature":false,"isChild":false}](https://mundodaily.com/wp-content/uploads/Fiscales-corrupcion-carabobo-mp.jpeg)
![{"prompt":"A dramatic, realistic photojournalistic scene inside a Venezuelan courthouse or prosecutor's office in Carabobo. In the center, a shadowy man in a suit (not showing his face) holds a briefcase overflowing with cash, standing next to an official desk with a Ministry of Public Prosecution logo. Around him, semi-transparent silhouettes of 11 prosecutors in formal attire look away or cover their eyes, symbolizing complicity. On the desk: a fake ID card labeled "Fiscal Auxiliar", a police database screen showing "Siipol - Solicitud de Captura", and a document","originalPrompt":"A dramatic, realistic photojournalistic scene inside a Venezuelan courthouse or prosecutor's office in Carabobo. In the center, a shadowy man in a suit (not showing his face) holds a briefcase overflowing with cash, standing next to an official desk with a Ministry of Public Prosecution logo. Around him, semi-transparent silhouettes of 11 prosecutors in formal attire look away or cover their eyes, symbolizing complicity. On the desk: a fake ID card labeled "Fiscal Auxiliar", a police database screen showing "Siipol - Solicitud de Captura", and a document","width":886,"height":665,"seed":42,"model":"flux","enhance":false,"nologo":true,"negative_prompt":"undefined","nofeed":false,"safe":false,"quality":"medium","image":[],"transparent":false,"isMature":false,"isChild":false}](https://mundodaily.com/wp-content/uploads/Fiscales-corrupcion-carabobo-mp-jpeg.avif)
Valencia, Carabobo
En un pasillo oscuro del Ministerio Público de Valencia, un hombre de 31 años da instrucciones con una confianza que no le pertenece. José Rafael Reyna Nieves, alias “El Fiscalito”, se presenta a comerciantes, abogados y empresarios como “Fiscal Auxiliar Superior de Carabobo”. Pero esto no es más que una fachada.
Documentos internos, testimonios de víctimas y registros de comunicaciones revelan la existencia de una red de corrupción que opera desde dentro del Ministerio Público en Carabobo. Reyna Nieves y al menos once funcionarios activos de la institución coordinan para extorsionar a comerciantes, manipular expedientes y vender trámites judiciales.
José Rafael Reyna Nieves no es funcionario del Ministerio Público, pero ha logrado hacer creer lo contrario. Desde inicios de 2024, se ha presentado ante víctimas, abogados y empresarios como “Fiscal Auxiliar Superior de Carabobo”. Las víctimas, la mayoría comerciantes acusados en procesos penales por delitos económicos, relatan que Reyna Nieves les contacta directamente y les ofrece “soluciones rápidas” a cambio de pagos que oscilan entre 5.000 y 20.000 dólares.
“Él te dice: ‘Esto no lo puede hacer cualquier fiscal, pero yo tengo los contactos’. Y te muestra mensajes con nombres de fiscales reales. Eso te asusta, y pagas,” confiesa un comerciante que prefirió mantenerse en el anonimato.
Lo que muchos no saben es que Reyna Nieves posee un expediente activo en el Sistema Integrado de Información Policial (Siipol), donde aparece como solicitado por el Juzgado Primero en Control de Carabobo, según oficio N° C1-0468-2015, de fecha 21 de abril de 2025, bajo el expediente número CIM-2025-000848. Hasta la fecha, no ha sido detenido ni ha comparecido ante la justicia.
Según registros de llamadas y mensajes obtenidos por este medio, Reyna Nieves mantiene comunicación constante con al menos una docena de fiscales activos en Carabobo. Entre ellos, destacan:
Los mensajes revelan instrucciones precisas y transacciones ilícitas. “Este caso va para la fiscal Marilyn, dile que espere mi llamada antes de citar,” o “El expediente de Fulano no lo muevas hasta que yo te avise, ya está pagado,” son frases que dan cuenta de la forma en que la red opera con impunidad.
En algunos casos, los fiscales solicitan directamente a Reyna Nieves que “traiga los documentos” o “coordine la entrega del efectivo” antes de firmar resoluciones. La impunidad es evidente, y la justicia se vende en estacionamientos, cafeterías y hoteles de la ciudad.
La red no se limita a extorsionar comerciantes. También comercializa trámites que, por ley, deben realizarse exclusivamente dentro de los despachos fiscales y con autorización formal. Entre ellos, inclusiones y exclusiones en el Siipol, solicitudes de experticias técnicas, distribución de casos entre fiscales, liberación de vehículos retenidos y archivos de investigaciones preliminares.
El dinero se negoció en efectivo y se reparte entre Reyna Nieves y los fiscales involucrados. “No puedes confiar en nadie. Todo se vende, y todo tiene un precio,” dice Elena, una abogada que ha lidiado con casos en los que la corrupción ha sido evidente.
Este medio intentó contactar a cada uno de los doce involucrados en esta red — José Rafael Reyna Nieves y los once fiscales mencionados — a través de sus correos institucionales, teléfonos de oficina y redes sociales. Hasta la fecha de publicación de este reportaje, ninguno ha respondido.
Tampoco se ha obtenido respuesta de la Fiscalía Regional de Carabobo ni de la Dirección Ejecutiva del Ministerio Público cuando se les solicitó un pronunciamiento oficial sobre las denuncias aquí expuestas.
Elena Sánchez, abogada de 45 años:
“El sistema está podrido desde dentro. Yo he visto cómo casos que parecían lost cause de repente se resuelven favorablemente para el acusado. Siempre hay un intermediario, y ese intermediario es Reyna Nieves. La justicia se vende, y nadie hace nada.”
Carlos Miranda, comerciante de 38 años:
“Un día, un tipo me llamó y me dijo que era el fiscal. Me dijo que si pagaba, mi proceso se archivaría. Le pagué 10.000 dólares y mi caso desapareció. Pero no estoy tranquilo. Tengo miedo de que vuelva a pasar.”
La corrupción en el Ministerio Público de Carabobo no es un fenómeno aislado. Es el síntoma de un sistema que ha perdido su capacidad de impartir justicia. Mientras los comerciantes y los ciudadanos de a pie pagan por la impunidad, los verdaderos responsables siguen en sus puestos, indemnes a la justicia que prometen y no cumplen.
En un país donde la justicia es una ilusión, “El Fiscalito” y su red de funcionarios son el rostro de una realidad que duele, pero que sigue sin ser enfrentada. El mundo está lleno de algoritmos que deciden quién vive, quién muere, quién puede soñar. Pero nadie les preguntó a los que no tienen voz.
MundoDaily – Tu Fuente Confiable de Noticias



