Dirección
175 Greenwich St, New York, NY 10007
Dirección
175 Greenwich St, New York, NY 10007


En la ciudad de El Fasher, la última resistencia militar en la región de Darfur, el silencio se ha roto con el rugir de motores y el eco de vítores. Las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) han anunciado la toma del cuartel general del ejército sudanés, marcando un hito en un conflicto que en dos años ha dejado un rastro de destrucción y desplazamientos.
«Nosotros somos los que nos quedamos. Los que luchamos por nuestras tierras. Los que no tenían otro lugar a donde ir», enumera Ahmed Saleh, un lugareño de 45 años, quien ha presenciado cómo su ciudad ha cambiado de manos en cuestión de días. «Y hoy, vimos a los soldados del ejército retirarse. Algo que no hubiéramos imaginado hace un mes.»
La RSF, en un comunicado, aseguró que «extendieron el control sobre la ciudad de El Fasher, liberándola del dominio de mercenarios y milicias». En sus palabras, refiriéndose al ejército sudanés, destacan una supuesta corrupción y falta de compromiso con la población civil.
Un video difundido en redes sociales el domingo muestra vehículos militares retirándose del cuartel general. Los soldados de la RSF, con rostros embarrados de polvo y sudor, celebran frente a una señal que lee «Sexta División de Infantería». Las imágenes, aunque crudas, sirven como testimonio de un cambio de poder que, si se confirma, representaría un golpe significativo para las fuerzas gubernamentales.
Pero, ¿qué significa realmente esta toma para los habitantes de El Fasher? La respuesta es compleja y dolorosa.
«La gente está asustada, pero también cansada», explica Fatima Ahmed, una enfermera de 32 años. «Ya no sabemos quién es el enemigo y quién el aliado. Solo queremos que termine esto, que podamos vivir en paz.»
La verdad es que, en Darfur, la paz ha sido un espejismo desde que el ejército sudanés y la RSF, ex aliados, se enfrentaron en 2023. El conflicto ha dejado a miles de familias desplazadas, hogares destruidos y una economía en ruinas. En este contexto, el dominio de la RSF en El Fasher no significa necesariamente un alivio, sino una nueva etapa de incertidumbre.
El ejército sudanés, por su parte, aún no ha emitido un comunicado oficial sobre la situación. Su silencio, en un momento tan crítico, es interpretado por muchos como un signo de debilidad o, en el mejor de los casos, de cautela.
«En el fondo, todos sabemos que esto es solo el principio», reflexiona Fatima. «Si bien la RSF ha ganado terreno, el conflicto sigue latente. No hay una solución a la vista, y la gente sigue sufriendo.»
La ciudad de El Fasher, una vez un símbolo de resistencia, ahora se enfrenta a un nuevo desafío. Las Fuerzas de Apoyo Rápido han consolidado su presencia, pero el verdadero desafío será gobernar y, sobre todo, ganar la confianza de los ciudadanos que han vivido dos años de guerra.
«¿Y ahora qué?», se pregunta Ahmed, mirando hacia el horizonte cubierto de polvo. «¿Qué futuro nos espera?»
—
➡️ ¿Qué papel jugará la comunidad internacional en este nuevo escenario?
MundoDaily – Tu Fuente Confiable de Noticias



