Madagascar president alleges coup attempt as soldiers support protesters | Al Jazeera

Soldados de Madagascar apoyan protestas contra el gobierno: ¡Situación crítica! – MundoDaily

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La voz del ejército rompe el silencio en Madagascar

En una calurosa mañana de octubre, el sonido de las botas militares resonaba en las calles de Antananarivo, la capital de Madagascar. Soldados de una unidad del ejército, con expresiones serias y rostros marcados por la inexperiencia, se agrupaban frente a la sede del gobierno. En sus miradas, una determinación inquebrantable. Uno de ellos, con un megáfono en la mano, rompía el silencio: «Hoy, nosotros, soldados del pueblo, nos levantamos junto a los jóvenes de Madagascar. No obedeceremos órdenes ilegales.»

Un levantamiento encubierto

Las raíces del actual descontento en Madagascar se remontan a décadas de desigualdad y corrupción. El país, conocido por su biodiversidad única, ha sufrido una serie de crisis políticas y económicas que han erosionado la confianza en las instituciones. La pobreza, que afecta a más del 70% de la población, y la falta de oportunidades para los jóvenes han sido catalizadores de las protestas callejeras que han sacudido la capital.

El actual presidente, Andry Rajoelina, asumió el poder en 2019 tras un controvertido proceso electoral que fue denunciado por la oposición como fraudulento. Desde entonces, las tensiones no han cesado. La declaración de apoyo del ejército a los manifestantes es un gesto simbólico pero de gran impacto, ya que rompe la unidad militar con el gobierno.

«La gente en las calles no quiere más engaños. Están cansados de promesas incumplidas y de una elite que se enriquece a costa del sufrimiento de los más pobres,» dice Jean, un estudiante de 21 años que ha participado en las protestas desde su inicio. «Nosotros, los jóvenes, somos el futuro de Madagascar. No podemos quedarnos de brazos cruzados,» añade.

Rostros y rutinas rotas

El levantamiento ha cambiado la vida cotidiana de los madagascos. Comercios cerrados, calles vacías y un miedo constante han reemplazado la normalidad. Para Marie, una ama de casa de 38 años, el miedo es una constante. «No dejo que mis hijos salgan a la calle. Temo por su seguridad. Pero también temo por el futuro. No veo una salida fácil a esta situación,» comparte Marie con un deje de tristeza.

Las protestas han sido pacíficas en su mayoría, pero los enfrentamientos con la policía han dejado heridos y un ambiente de tensión. La decisión del ejército de apoyar a los manifestantes ha creado un escenario inédito y complicado. «Nosotros, los soldados, estamos en un dilema moral. Si seguimos órdenes ilegales, nos convertimos en parte del problema. Si no, arriesgamos nuestras vidas y nuestras carreras,» explica Marc, un soldado de 25 años.

Silencio gubernamental y respuesta internacional

El gobierno de Rajoelina ha respondido con acusaciones de un «intento ilegal de golpe de Estado.» Sin embargo, el silencio de otras instituciones, como el parlamento y el poder judicial, ha dejado un vacío de liderazgo. La comunidad internacional, incluyendo la Unión Africana y la Francia colonial, ha llamado a la calma y al diálogo, pero hasta ahora las respuestas han sido tibias y poco efectivas.

Mientras tanto, organizaciones no gubernamentales (ONGs) locales e internacionales trabajan en la sombra para brindar ayuda a los afectados por las restricciones y la violencia. «Estamos distribuyendo alimentos y ofreciendo asistencia médica a quienes más lo necesitan. Pero la situación es crítica y la falta de una respuesta clara del gobierno no ayuda,» dice Alice, una voluntaria de una ONG local.

El eco de las voces silenciadas

El mundo está lleno de algoritmos que deciden quién vive, quién muere, quién puede soñar. Pero en las calles de Antananarivo, las voces de jóvenes y soldados rompen el silencio, recordando que la verdadera fuerza de un país no reside en sus instituciones, sino en su gente. En Madagascar, la lucha por un futuro más justo y equitativo apenas comienza.

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