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De empresario exitoso a capo narco: la increíble historia de Walid Makled – MundoDaily

La captura del narcotraficante venezolano Walid Makled en Colombia en agosto de 2010 marcó un hito en la lucha contra el narcotráfico y la corrupción en Venezuela. Conocido como el «narco de los narcos», Makled construyó un imperio multimillonario gracias al tráfico de drogas y sus vínculos con altos funcionarios venezolanos.

Los inicios del «capo de la droga» en Venezuela

Walid Makled García nació en 1969 en la ciudad de Tinaco, Venezuela. Hijo de Carmen Porfiria García y Najem Makled Makled, provenía de una familia de clase media de origen sirio-libanés que se dedicaba a la importación de productos. Desde joven, Makled también conocido con los apodos de “El Turco” y “El Árabe”, se involucró en actividades delictivas vinculadas al contrabando en la frontera colombo-venezolana.

Al comienzo de su trayectoria delictiva, las actividades de Makled eran aparentemente facilitadas con la complicidad de las fuerzas de seguridad y funcionarios gubernamentales. Su primera empresa criminal fue el hurto de camiones de carga. Él mismo declaró que llegó a tener bajo su control a 300 hombres armados que asaltaban 30 camiones por semana, todo esto con la protección de la GNB (Guardia Nacional Bolivariana de Venezuela).

A mediados de los años 90, Makled dio el salto al narcotráfico de manera directa. Aprovechando su experiencia en el contrabando, logró consolidar una ruta para el traslado de cocaína entre Colombia y Venezuela, consolidándose como uno de los máximos referentes del Cartel de los Soles.

Expansión del imperio y vínculos con la política

Para los años 2000, Walid Makled había expandido enormemente sus actividades criminales en Venezuela. A través de su empresa de transporte aéreo Aeropostal, la firma aduanera y de transporte terrestre Transgar y su posición en el puerto marítimo de Puerto Cabello, controlaba gran parte del tráfico de cocaína en el país.

Su poder e influencia también se extendieron al ámbito político y militar. Makled cooptó a funcionarios de todos los niveles, incluyendo miembros de la Policía, la Guardia Nacional y la Aduana. Se rumoreaba incluso sobre vínculos con el presidente Hugo Chávez. Su hermano Adán Chávez habría recibido pagos a cambio de facilitar envíos de droga desde el aeropuerto de Maiquetía.

Walid Makled tejió una extensa red de complicidades políticas que le garantizó protección e impunidad. Sobornó a funcionarios de la Guardia Nacional, CICPC, Seniat y del sistema judicial y carcelario. Se vinculó con altos mandos militares conocidos como el Cartel de los Soles.

Negocios legales: distribución de Urea

Además de sus actividades ilegales, Walid Makled desarrolló negocios aparentemente lícitos que le servían para blanquear capitales. Uno de ellos fue la distribución de urea, un fertilizante nitrogenado derivado del gas natural.

Entre los años 2000 y 2001, y gracias a sus contactos gubernamentales, Inversiones Makled C.A., una de las empresas de Makled obtuvo los derechos exclusivos para importar y comercializar 600 millones de toneladas anuales de urea para uso agrícola en Venezuela. El contrato se lo otorgó la empresa estatal Pequiven, filial de PDVSA.

La urea es un fertilizante que también se utiliza como precursor químico para procesar y fabricar cocaína y otras drogas. Según informes, Makled desviaba parte de la urea que importaba hacia Colombia, donde era adquirida por los carteles para producir clorhidrato de cocaína.

De esta forma, se aprovechaba de la licencia gubernamental no sólo para obtener ganancias, sino también para abastecer con precursores químicos a grupos narcotraficantes asociados. El control de la urea se sumaba a la infraestructura criminal que había consolidado en Venezuela.

La primera vez que Makled apareció en el radar de las agencias antinarcóticos de Estados Unidos fue en 2004, en ese año los funcionarios venezolanos confiscaron 500 toneladas de fertilizantes de su empresa. La incautación tuvo lugar en la ciudad de Santa Elena de Uairén, ubicada al sur de Venezuela, cerca de la frontera con Brasil. Cabe destacar que en esta zona no se lleva a cabo ninguna actividad de producción agrícola. Haisam Alaisami, familiar de Tareck el Aissami, fue el encargado designado por Inversiones Makled para llevar a cabo las negociaciones con las autoridades responsables de la confiscación del fertilizante

Luego de esta confiscación es cuando la Administración para el Control de Drogas (DEA por sus siglas en inglés), allanó uno de los depósitos de la familia Makled en búsqueda de urea y sustancias químicas precursoras para la elaboración de narcóticos, las cuales se sospechaba terminaban en manos ilegales. Sin embargo, luego de que el presidente Hugo Chávez diera por terminada la cooperación formal de Venezuela con la DEA en 2005, el caso fue archivado.

Según pudieron conocer en ése procedimiento, Walid tenía un acuerdo de cooperación con Enzo Villasana para transportar estupefacientes hacia Miami. Villasana, que se dedicaba al robo de contenedores en Puerto Cabello, fue convencido por Walid para trabajar en su organización criminal, ofreciéndole un pago de $1,000 por cada kilogramo de droga enviado.

El método que utilizaban era esconder la cocaína en los compartimientos internos de los cables hidráulicos que controlan el movimiento de las rampas de los barcos con destino al exterior desde el puerto venezolano. Villasana, con quien Walid tuvo previamente una fuerte disputa que después resolvieron, terminó siendo asesinado a tiros en mayo de 2009 en las instalaciones de un lavadero de autos ubicado en Valencia.

De acuerdo a información de la Agencia Antidrogas Estadounidense (DEA), Walid también estableció una alianza con el colombiano José María Corredor Ibagué, apodado ‘El Boyaco’, a quien Estados Unidos consideraba el negociador más activo de intercambio de armas por drogas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Así lo determinó la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro estadounidense. Corredor logró fugarse de una prisión venezolana en 2005, para luego ser detenido en Colombia y extraditado a Estados Unidos, donde enfrentaba un juicio pendiente por brindar apoyo a una organización calificada como terrorista.

Auge y caída de Aeropostal

Makled en Mayo del 2008 le «compró» a Nelson Ramiz la aerolínea venezolana Aeropostal, que se convirtió en parte clave de su logística criminal. Bajo su control, la empresa abrió rutas a Centroamérica y África que eran usadas para traficar cocaína.

Días despúes, Nelson Ramiz, ex propietario de la aerolínea Aeropostal, denunció una estafa en su contra. Ramiz afirma que entregó las llaves de las oficinas de la aerolínea pero nunca recibió el pago acordado.

Tras la detención de Makled en 2010, Aeropostal fue intervenida por el Estado venezolano, pero sus vínculos con el narcotráfico resultaron incontestables. La aerolínea quebró en 2017 en medio de denuncias.

La fuga y detención de Makled en Colombia

Tras años de impunidad, la suerte de Walid Makled comenzó a cambiar en 2008, ese año su hermano Abdala se postuló como candidato a la alcaldía de Valencia, estado Carabobo y de acuerdo a ciertos reportes, algunos generales del ejército venezolano formaron una alianza con las FARC de Colombia y el Cartel del Golfo de México, con el fin de disputar el control del narcotráfico que hasta entonces estaba en manos de civiles como Makled en asociación con la Guardia Nacional Bolivariana.

Previo a las elecciones, el 13 de noviembre de 2008, efectivos militares allanaron y encontraron 400 kilos de cocaína en la Hacienda El Rosario, ubicada en Tocuyito, estado Carabobo; esta finca estaba alquilada por la familia Makled. Fueron detenidos sus hermanos Abdala, Alex y Basel Makled, junto a tres policías regionales que custodiaban la droga. En la propiedad se descubrió una pista de aterrizaje clandestina junto con varias aeronaves, combustible y luces intermitentes para facilitar los aterrizajes nocturnos ilegales.

Esto generó que se emitiera una orden de captura en Venezuela por la presunta comisión de los delitos de «legitimación de capitales, tráfico ilícito de sustancias estupefacientes y psicotrópicas y asociación ilícita para delinquir», los implicados fueron Walid Makled García, Erick José Echegaray Navas, Alex José Makled García, Luis Eduardo Amaya González, Abdala Makled El Chaer y Basel Makled El Chaer.

Makled contó que se enteró de la orden de arresto en su contra gracias a una alerta de la Fiscalía de Carabobo. Inmediatamente, Makled salió de Carabobo en su camioneta y se dirigió a Caracas, donde se mantuvo oculto en una casa en La Lagunita propiedad de unos militares cuyos nombres no reveló por ser sus amigos. A los dos meses se mudó a una casa cercana, siempre bajo protección militar. Makled explicó que al salir su foto en los medios todos los días, no podía movilizarse en vehículos civiles, solo en automóviles oficiales y civiles con placas militares para no ser detenido. Varias personas del gobierno le prometieron liberar a sus hermanos, pero le quedaron mal.

En abril, Makled salió por primera vez de Caracas debido al secuestro de su hermano menor Andrés, por cuya liberación pidieron 2 millones de dólares. Makled coordinó personalmente el rescate de su hermano desde una casa militar en Valencia, con ayuda de un grupo especial de la Guardia Nacional.

Tras liberar a su hermano, Makled fue a Cúcuta por asuntos personales. Realizó un viaje por carretera desde Valencia hasta Barinas y luego a San Antonio, siempre en vehículos oficiales enviados por comandantes militares. En Cúcuta lo esperaba un chofer que registró la habitación donde vivió un mes.

Las autoridades estadounidenses también estaban tras los pasos de Makled. De hecho, fueron ellos quienes proporcionaron la información clave que permitió su arresto en Colombia y posteriormente solicitaron su extradición a los Estados Unidos. Makled es vinculado por las autoridades de Estados Unidos con el descubrimiento de 128 maletas que contenían más de 5 toneladas de cocaína, esto sucedió el 11 de abril de 2006, en un avión DC-9 de siglas N900SA, sin pasajeros pilotado por Fernando Blengio Cesaña y Miguel Vicente Vázquez Guerra, el cual aterrizó en Ciudad del Carmen, México.

Según los señalamientos, dicho avión habría despegado con la droga desde la rampa presidencial del aeropuerto de Maiquetía en Venezuela. Al parecer, el cargamento de cocaína había sido adquirido a las FARC y estaba destinado al Cartel de Sinaloa. En los medios de comunicación de Estados Unidos se hacía referencia al caso de este avión como «Cocaine One», un juego de palabras con Air Force One, el avión presidencial de EE.UU.

En relación al tráfico de drogas, otra investigación iniciada en el Distrito Sur de Nueva York fue muy conocida. En ella se le imputa a Makled la responsabilidad en un vuelo de un avión venezolano con matrícula YV1467, el cual fue desviado y desaparecido en marzo de 2009 del Aeropuerto de Charallave. El avión robado reaparece accidentado meses después en la isla de Utila, Honduras, encontrándose en su interior una tonelada y media de drogas.

Esta circunstancia reforzó las denuncias que posteriormente hizo públicas el presidente encargado de Honduras, Roberto Micheletti, respecto al auge del narcotráfico en su país y la vinculación de autoridades venezolanas que permitían estos vuelos de avionetas que llegaban semanalmente a Honduras, los cuales se incrementaron desde la presidencia de Manuel Zelaya.

En el pico de sus operaciones, el negocio de Makled contrabandeaba hasta 10 toneladas de cocaína al mes. En Colombia producir un kilo de clorhidrato de cocaína tiene un costo de entre 3.000 y 4.000 dólares. Sin embargo, en las calles de Nueva York o Europa ese mismo kilo puede llegar a venderse en 25.000 dólares, sin considerar que diluyendo y bajando la calidad se pueden obtener dos o tres kilos más por cada uno producido.

Además de sus actividades narcotraficantes, sobre Walid Makled también recaían en Venezuela acusaciones mucho más graves. Según las investigaciones, Makled habría contactado a sicarios para solicitar el asesinato de varias personas, entre las cuales se encuentran: el fiscal antidrogas Gamal Richani, el vicepresidente del diario Reporte Pierre Fouad Gerges, su vecino de la Hacienda El Rosario Francisco José Larrazábal Álamo, quien era un conocido veterinario, el periodista Orel Edgardo Sambrano Toro y el narcotraficante Wílber Varela, alias «Jabón», cometido en el Estado Mérida, Venezuela, en 2008. Este último es el único suceso donde se reconoce físicamente a «El Árabe» en el lugar de los hechos.

El móvil detrás de estos crímenes encargados por Makled no fue del todo esclarecido por las autoridades. En el caso de Larrazábal, se especuló que el veterinario proporcionó información incriminatoria a los organismos que allanaron la Hacienda El Rosario.

Por su parte, los periodistas Orel Sambrano y Pierre Gerges (al parecer lo confundieron con el presidente del diario, Tannous), habían publicado trabajos de investigación sobre las actividades criminales de Makled. Este habría ordenado sus muertes para silenciar las acusaciones en su contra a través de la prensa.

Los homicidios siguieron el mismo patrón operativo: dos sicarios que se movilizaban en una motocicleta, disparaban a la víctima y luego huían rápidamente del lugar. Se presume que estos crímenes fueron ejecutados por Álvaro Luis Ospino Illera (alias «La Negra Dominga») y Víctor Rafael Reales Hoyos; ellos forman parte del brazo armado de Makled y de unas organizaciones conocidas como ‘Los Piloneros’ y ‘Cartel del Sicariato’ que integran una estructura criminal dedicada al narcotráfico y homicidios. Otros integrantes de la organización eran José Manuel Luque Daboín, Aristídes José Carvajal Salgado, Rafael Segundo Pérez Martínez, David Antonio Yánez Inciarte y José Joaquín Orozco Martínez.

Reales Hoyos era considerado la mano derecha de Makled. La banda criminal Los Piloneros fue formada inicialmente por colombianos dedicados a varios tipos de delitos, y luego la integraron cerca de 30 delincuentes, entre ellos sicarios. La estructura criminal operaba desde el mercado Los Guajiros, donde Reales tenía su oficina, en ese lugar se juntaban para planear los asesinatos y luego volvían tras cumplir con sus objetivos.

La solicitud de estos sicariatos, sumados a las abrumadoras pruebas de sus vínculos con el narcotráfico, hicieron que la persecución policial sobre Makled se intensificara a partir de 2008, dando inicio al ocaso de su imperio criminal.

Makled huyó a Colombia, pero fue finalmente capturado en agosto de 2010 en la ciudad de Cúcuta. La detención se produjo en una operación conjunta entre la policía colombiana y agencias antinarcóticos de Estados Unidos. Representó un duro golpe a las operaciones de Makled y visibilizó sus vastos nexos criminales transnacionales.

El proceso de extradición a Venezuela

Luego de su arresto, Makled dio varias entrevistas a medios de comunicación donde afirmó que contaba con un presupuesto mensual de 1 millón de dólares que se utilizaba para pagar «favores» a generales de alto rango del ejército y a 5 diputados, acusó al ejército de estar involucrado en tráfico de drogas. Makled declaró que colaboró con el gobierno venezolano por 8 años. Aseguró que en 2007 contribuyó con 2 millones de dólares a la campaña a favor de la reforma constitucional planteada por el presidente Hugo Chávez. Asimismo, afirmó que le pagó 100.000 dólares a Firaz El Aissami, hermano del ministro de Interior y Justicia de ese entonces, Tareck El Aissami.

De acuerdo a correos filtrados por Wikileaks, en 2011 el presidente de Venezuela Hugo Chávez se vio forzado a cortar lazos con las FARC y cooperar con el gobierno de Bogotá para lograr la extradición del presunto narcotraficante Walid Makled.

Los correos, provenientes de personal de la agencia Stratfor, señalan que altos oficiales de las Fuerzas Armadas de Venezuela presionaron a Chávez para que negociara con el gobierno de Juan Manuel Santos la extradición de Makled a Caracas. Makled había declarado en varias ocasiones durante su encarcelamiento en Colombia que estaba dispuesto a colaborar con Estados Unidos para evitar ser extraditado a Venezuela.

De acuerdo a los correos de Stratfor, esos altos oficiales temían que Makled fuera enviado a Washington, donde podría negociar su testimonio a cambio de una reducción de condena.

Según los informes, a Chávez también le preocupaba la posibilidad de un golpe de estado. Funcionarios temían que Makled tuviera grabaciones comprometedoras de altos integrantes del gobierno venezolano relacionadas a lavado de dinero, narcotráfico e incluso terrorismo.

También se creía que Makled podía proveer información detallada sobre la creciente relación de Venezuela con Irán, en particular sobre la presencia en el país de la Guardia Revolucionaria y la Fuerza Qods, supuestamente con autorización de Chávez.

Tras 9 meses de proceso legal, Colombia aprobó en 2011 la extradición de Walid Makled a Venezuela. Esta decisión se debió a que Makled ofreció testificar sobre la vinculación de altos funcionarios venezolanos con el narcotráfico.

Makled fue finalmente extraditado en mayo de 2011 a Venezuela. Enfrentaba cargos por narcotráfico, lavado de dinero y homicidio en su país natal. Su testimonio aún podría sacudir la política venezolana al revelar la penetración del narcotráfico en las altas esferas.

Consecuencias en Venezuela

La captura de Walid Makled expuso la grave situación del narcotráfico y la corrupción en Venezuela. Generó cambios en mandos policiales y militares, e incluso provocó choques diplomáticos entre Venezuela y Colombia.

Además, abrió una caja de Pandora sobre los vínculos entre el Cartel de los Soles, la revolución bolivariana y el tráfico de drogas hacia Estados Unidos y Europa. El juicio a Makled promete seguir revelando impactantes secretos.

Juicio y condena en Venezuela

Tras su extradición a Venezuela en 2011, Walid Makled enfrentó un mediático juicio por narcotráfico y lavado de dinero. El proceso judicial estuvo lleno de irregularidades y demoras, probablemente para evitar que Makled divulgara información comprometedora.

Uno de sus hermanos, de nombre Abdalá, recibió una condena de 6 años y 6 meses en prisión por el delito de ocultar un arma de fuego de manera ilegal. Otros dos de sus hermanos, llamados Basel y Alex, fueron sentenciados a 8 años en la cárcel por el crimen de legitimar capitales obtenidos de forma ilícita.

Los sicarios Álvaro Luis Ospino Illera y Víctor Rafael Reales Hoyos fueron requeridos por Venezuela ya que se les acusaba de haber cometido al menos 18 asesinatos. Ellos se ocultaron en diversos municipios del departamento de Bolívar en Colombia. Allí, desempeñaban labores de ganaderos y eran dueños de varios establecimientos que aparentemente se utilizaban para el blanqueo de dinero.

Fueron arrestados en Barranquilla, Colombia el 15 de Mayo del 2011 y posteriormente extraditados a Venezuela. En Venezuela fueron condenados a 20 años de prisión por un tribunal de Caracas en 2016 por los crímenes de asociación para delinquir y sicariato de Larrazábal y Sambrano; sin embargo, de forma extraña actualmente se encuentran en libertad.

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Víctor Rafael Reales Hoyos y Alvaro Ospino Illera/ Foto suministrada.

Makled fue llevado a juicio por varios crímenes que incluían el tráfico de drogas, asociación para delinquir, el lavado de dinero obtenido ilegalmente y homicidio. Finalmente, en febrero del 2015 Makled fue declarado culpable y condenado a 14 años y medio de prisión. La sentencia causó polémica pues se esperaba una pena mayor para el narcotraficante. Se especuló sobre un posible acuerdo para garantizar su silencio. En menos de 24 horas después de haberse dado a conocer la sentencia que condenó a Makled por delitos de narcotráfico y lavado de dinero, un tribunal de la capital ordenó el arresto del juez de control Alí Fabricio Paredes bajo sospecha de haber favorecido a los procesados en el caso Makled, según anunció la Fiscalía General en un comunicado.

En una sentencia posterior emitida el 16 de agosto de 2019, «El Turco» recibió una condena más severa de más de 21 años de prisión. Aunque el narcotraficante enfrentaba cargos por cuatro delitos graves que conllevaban sentencias de más de 10 años de cárcel, al final solo fue declarado culpable y condenado por los delitos de tráfico de estupefacientes y legitimación de capitales.

Denuncias desde la cárcel

Aún desde la cárcel, Walid Makled realizó explosivas denuncias sobre la vinculación de altos funcionarios venezolanos con el narcotráfico, incluyendo a Tareck Zaidan El Aissami Maddah, Hugo Armando Carvajal Barrios, Néstor Luis Reverol Torres, Cliver Antonio Alcalá Cordones y familiares de Hugo Chávez. Sin embargo, el gobierno venezolano desestimó sus declaraciones y las consideró infundadas.

En 2020 Makled fue trasladado a una cárcel de máxima seguridad y se le impusieron medidas para restringir su comunicación. El objetivo era evitar nuevas filtraciones comprometedoras desde la prisión.

Tras cumplir su condena, Abdalá fue puesto en libertad en el mes de diciembre del año 2020. Posteriormente, en mayo de 2021, otros dos de sus hermanos, de nombres Alex y Basel, también fueron excarcelados luego de completar sus respectivas sentencias.

A mediados del año 2021, Yumena Makled, hija de Walid Makled, informó que su padre había sido diagnosticado con cáncer mientras estaba en prisión. Ella solicitó al presidente Nicolás Maduro que se le concediera una medida humanitaria.

Legado e impacto

Más de una década después de su captura, el caso Walid Makled permanece rodeado de misterio e interrogantes sobre la penetración del narcotráfico en la élite política venezolana. Su detención puso al descubierto una realidad criminal que sacudió los cimientos de la revolución bolivariana.

Aunque muchos detalles nunca salieron a la luz, la caída de Makled demostró que ningún narcotraficante está por encima de la ley. Obtuvo el control del puerto de Puerto Cabello para enviar cargamentos vía marítima ocultos en barcos mercantes o pesqueros y abrió una red de empresas fachada para blanquear los millonarios ingresos generados por el narcotráfico.

Captura de capo del narcotráfico no frena a su organización criminal

Según pudo conocer nuestro medio, luego de la aprehensión de uno de los narcos más buscados de la zona, su vástago se hizo con las riendas del rentable negocio ilegal de su padre. Su hijo Fejed Antonio Makled Araujo, quien también está bajo la lupa de las autoridades por sospechas de blanqueo de capitales, estaría comandando las operaciones de tráfico de estupefacientes junto a «Los Piloneros» que fueron secuaces de su progenitor.

Reales y Ospino, quienes actualmente residen tanto en Venezuela como en Colombia, han sido recientemente vinculados al asesinato de tres líderes de la banda criminal conocida como Los Vega; el motivo sería la Fiesta en la Cabaña de Punta Roca, Puerto Colombia, que terminó en una balacera, cobrando la vida de un familiar de Ospino y desencadenando una situación criminal.

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Fejed Antonio Makled Araujo – Hijo de Walid Makled / Foto suministrada.

El joven Fejed creó la empresa FEJD CORP en USA, en la cual era socio de Jaime Rueda y Eleazar Hernandez. De acuerdo a fuentes policiales, actualmente se encuentra coordinando el transporte y distribución de la mercancía, utilizando para ello algunas rutas y medios de transporte que la organización delictiva venía operando desde años atrás. Asimismo, habría heredado los contactos que su padre gestionó durante décadas con otros carteles internacionales.

Pese a la captura de este veterano capo, su emporio criminal sigue activo bajo el mando de su vástago, quien parece haber asumido con facilidad el control de la infraestructura y conexiones para continuar el negocio ilícito en familia. Las autoridades prevén que este relevo dificultará desbaratar por completo las actividades ilegales de la banda.

Resumen

La captura de Walid Makled marcó un punto de inflexión en la lucha antinarcóticos en Venezuela. Su detención en Colombia y posterior extradición a Venezuela expusieron las redes de corrupción que permitieron su ascenso como «narco de los narcos». Aún quedan por conocerse numerosos detalles sobre la penetración del narcotráfico en las altas esferas del poder en Venezuela que podrían salir a la luz en el juicio a Makled en su país natal. Actualmente “El Árabe” continúa detenido en la prisión del SEBIN ubicada en el Helicoide, en Caracas.

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Publish: 2023-09-19 02:00:00

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